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miércoles, 1 de junio de 2011

Gloria

Quería establecer una prueba al amor. Si el hombre anheloso de un desayuno en la cafetería de la esquina la haría feliz, pensó, esperaría allí, sentado frente a sus huevos rancheros y café, mientras ella terminaba su turno laboral. Ese día fue invitada a una fiesta y olvidó al hombre anheloso de un desayuno. Días después pasó por la cafetería y lo vio sentado en el mismo lugar, frente a un plato de huevos rancheros y una taza de café sin probar aún.  

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