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miércoles, 11 de julio de 2012

Hojas en blanco

A veces, entre las páginas de los libros, hay hojas en blanco. No están ahí cuando se busca un ejemplar solo por indagar si existe,  o para catalogarlo en la sección sobre Literatura Universal o Manuales de Supernovas de una biblioteca; no están cuando se hojean sin otro interés al de encontrar una frase. Están cuando se leen, cuando las letras pasan a ser conjuro de voz y hay personas escuchando, entusiasmadas, pensativas, meditabundas, somnolientas de tanto Doctor en Estructuralismo analizando novelas mexicanas frente a un público de cabeceos regulares. Ahí, en tal punto de premura, el experto halla las hojas, que desde hace media hora ha querido encontrar, brotando del libro y tomando posesión de cada palabra. Entonces la lectura se desprende con un hipo y hay  un joven caminando hacia un pueblo fantasma en busca de un padre, y lo recuerdan, y lo presienten, y lo creen íntimo y es eso lo que es el público cuando oye aquellos rumores de historias lejanas.
 

4 comentarios:

  1. Desde pequeña no hay cosa que me motive más que una hoja en blanco, es como si el mundo fuese de ese color y tú tuvieras que pintarlo a tu gusto. Rara que es una.
    No le des un susto al hipo de las palabras, por si no vuelven, digo.
    Saludoss!!!

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    1. Pues mejor pensar en el mundo como hoja en blanco, para imaginar y crear más colores Gloria. Y no te porecupes, con o sin hipo salen las palabras. Abrazos.

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  2. Hay quien lee mucho y se jacta de ello y hay quien lee 20 minutos y tiene suficiente para meditar sobre cualquier tema.
    Me incorporo a tu lista de seguidores.

    Saludos

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    1. Leer no es en tiempo sino en calidad. Aunque bueno, a quien le gusta algo lo hace por mucho tiempo. Gracias estar este rincón Pilar, y gracias por unirte a los lectores, ojalá algún cuentillo te agrade. Me pasaré por tu lugar también.

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