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jueves, 8 de marzo de 2012

Mensaje para responder

En la estación Hidalgo escribí una respuesta. La escribí porque debía contestar, acercarme a esa pared algo sucia, sacar mi lápiz labial y ensayar un “Yo puedo leerte. Att: Pamen.” debajo de aquellas palabras hechas con tiza verde. Ni modo, bajé del metro y era ineludible hacerlo, darle una oportunidad al mensaje, decirle que había otro garabateado a su lado, con igual letra chueca, seguido de miradas atentas alrededor. 
He vuelto a pasar, aún están escritos. Es magnifica la falta de ética de las aseadoras del metro. Aunque mañana lo borrarán, supongo, desaparecerán los movimientos nerviosos, los colores, las líneas cortadas en lo áspero de la superficie. Por lo menos lo agradeció. La tiza con la cual escribió, que sostuvo entre sus dedos índice y pulgar, la dejó orillada a la pared, bajo los mensajes, estoy segura. Es mi regalo, mi recuerdo de un día de diálogo. Nadie más lo ve, yo lo sé al leer su respuesta a mi respuesta. La ha dejado para conocernos, para sonreírle a una mujer que pasó a mi lado y tapó su boca con una mano al verme, antes de entrar al metro. En el dedo índice y pulgar tenía una mancha de algún polvo verde.

5 comentarios:

  1. Gran micro romántico. Faltó el efecto de mostrar algo que causara ésta atracción a contestar. Ciertamente una frase a pensar.
    Es tu cuento. Te corresponde hacerlo. No lo abandones a la pereza. Corona tu esfuerzo.

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  2. Le felicito por su blog. Me parece realmente interesante el contenido. Espero poder pasarme por aquí mas veces.
    Un saludo. :)

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  3. Eliacim: Agradezco que te hayas pasado por acá. Espero, además, que sea continua tu visita.

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  4. Como siempre, una delicia íntima, pequeña, absoluta, impecable.

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  5. Gracias Luis, vamos a ver qué sale de ahora en adelante. Un abrazo y por allá nos vemos.

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