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martes, 13 de noviembre de 2012

Armero

Un recuerdo, mi manera de estar cerca del lugar donde nací. 

Despierto en un sillón, en la casa de mis abuelos. Recuerdo sus nombres al escucharlos darme la suerte. Me despiden con una mano al aire, me desean buen viaje en un día de Armero; calor y polvo y dominó cerca de la plaza bajo la sombra. Allí, donde quise crecer, donde mi familia bromea o sale en la noche en busca de un bailable. Es mi último día con ellos.  Son mis 27 años, los 27 de mi Armero que imagino en esta nota. Cada palabra es un intento de invocación sin tantas cruces y soledad.

8 comentarios:

  1. Tan humanamente único es tu texto
    Te salió dl alma poeta
    mil besos

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    1. El alma de poeta, vaya, creo que cada uno de nosotros la tiene, y ha de ser involuntaria. Abrazos

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  2. Cuando se vuelve la vista atrás se corre el peligro de quedar atrapados en la nostalgia.

    Un abrazo

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    1. Alguien dijo que la nostalgia es el recuerdo de algo que nunca tuvimos. Asi me defino con mi pueblo Pilar: aunque nací en él, nunca pude verlo.
      Abrazos.

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  3. Hola, que tengas un lindo fin de semana, un gusto pasar por tu magnifico blog, felicitaciones por tu buen trabajo, de manera cordial te invito a que visites El Blog de Boris Estebitan y leas un poema mio titulado “El corazón extraviado"

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  4. Gracias Boris, por tu blog me estaré pasando.

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  5. A veces esos pasos que damos hacia adelante nos obliga a descuidar lo que queda atrás y cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde.
    Besos de gofio.

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    1. Toda la razón Gloria, mucha, por estar pensando en el presente y el futuro, el pasado resulta casi, a veces, un error. Aunque el caso mío es que yo no pude vivir ese pasado que aún anhelo: el pueblo de Armero.
      Abrazos

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