Día uno de la
Editorial-clandestino.
El licenciado Raúl Biza
ha puesto fin al matutino ‘La Víspera’. Dicen que ante una llamada de
atención del Gobierno Central, decidió
terminar
su labor periodística. Por
ello,
en este ‘Editorial-clandestino’, como le han nombrado al presente comunicado,
quienes integrábamos
el equipo de redacción de ‘La Víspera’ seguimos buscando la manera de irrumpir
en el debate público con tinta y unos cuantos kilos de papel sobrante, muy a
pesar de lo sucedido con Biza, quien
luego de recibir la llamada despidió a todo el personal, paró las máquinas
rotativas y se encaminó
(creemos) hacia una central de la FUR. Antes de
dejar la sala de redacción, el Licenciado volvió su rostro hacia nosotros y nos
regaló el último gesto determinante que hemos visto desde hace meses en esta
ciudad callada. Declaramos su legado. Es una pena la muerte pública de ‘La Víspera’ cuando intentó reducir la sección de ‘Gobierno en
Establecimiento’ para reabrir
una página a un tema mitigado
en
los medios impresos de circulación nacional: ‘Cultura en Crónica’.
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