Yo soy el único
espectador de esta calle; si dejara de verla se moriría
Jorge Luis Borges
Caminata, Fervor
de Buenos Aires
Para llegar a la casa blanca se cruza el puente de
metal saliente de la Plaza Victoria. Usted la puede observar sobre una esquina
carente de lógica urbana en Pereira. Según los niños, en su interior hay
destinos subterráneos y puertas secretas. Los adultos dicen “Una bonita
arquitectura. Acá arreglaban sombrillas”, y olvidan sus días infantiles. Lo
cierto es que la ruta trazada en la ciudad por los constructores no ha podido
tocarla, y la casa parece la persistencia de otro tiempo. Aunque las manchas
que invaden las rejas y cubren las paredes, malogrando el jardincito y las
escalinatas, hacen pensar en un posible final y ahí viene el progreso en línea
recta con un edificio inteligente o la inauguración por parte del alcalde de
una nueva estación del Sistema de Transporte Masivo.
primo que gusto!!! nunca deje de escribir!!!es usted un buen cuentacuentos! saludos
ResponderEliminarGracias Prima, y usted busque sus historias. No necesita de un periódico para contarlas.
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