Las puertas proponen un problema
filosófico: ellas son el paso de una dimensión a otra. Uno presiente la lejanía
del inicio al emprender el cruce de la puerta que, cuando menos se piense, ya
está atrás.
Así se reconoce haber pasado
satisfactoriamente por un umbral, y dependiendo del interés se dirá “estoy afuera”
o “estoy adentro”. Pero ¿cómo saberlo? Si una persona dice estar en una casa al
abrir una puerta y pasa por ella ¿no estará fuera de la calle y no dentro de la
casa? Y si debe volver a la calle y pasa de nuevo ¿no estará dentro de la calle
y no fuera de la casa? Y al estar cerrada, ¿no habrá intenciones de olvidarse de
la calle en la casa o de la casa en la calle?
Quien haya hecho la primera puerta,
¿habrá pensado en guardar la intimidad de una casa o de una calle? Lo cierto es
que con el objetivo anterior los verbos Salir y Entrar nacieron, cuando el
inventor anhelante de esconder quién sabe qué la cruzó y comprobó la carencia
de errores en su creación. Aunque uno de esos verbos tiene inicio de terquedad
y por ello no se desprende del otro, podría ser, porque o siempre se entra o
siempre se sale.
De todos modos la labor del carpintero
es justificada. Pero si alguien se detiene en el marco de la puerta supondrá
que para eso no fue hecha y la anula de inmediato. Peor aún, si esa persona
sigue obstinada en el marco tiene una parte suya (sea la frontal o la trasera)
por fuera de la casa y la otra por fuera de la calle, o una adentro de la calle
y otra adentro de la casa al mismo tiempo.
¡Caray! Allí hay un monstruo.
Creo que estoy viviendo afuera de la calle.
ResponderEliminarMe parece fenomenal esta reflexión sobre el "inicio de terquedad" de los verbos y la obstinación de algunas personas (entre ellas, el narrador) de quedarse en medio. Muy bueno, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarAbrazos.
Todo depende de como se mire, el estar fuera o dentro al traspasar una puerta. Ya me has dejado dando vueltas a la idea...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Talita. Pues en realidad ni sabemos dónde vivimos, además usted es periodista. Visita la casa, pero vive en la cale.
ResponderEliminarPues sí Susana, lo de quedarse en medio es algo tenebroso, puede llegar a ser un poco existencial, cuando se cruza una puerta.
Es bueno dejar ideas Rosa, podrás mirar las puertas con otros ojos. Hasta podrías detenerte frente una antes de pasar. Abrazos.
Hola Eskimal, te escribo aquí ya que no encuentro tu mail en el perfil. El mío es susanacamps2011@gmail.com, por si decides mandarme el relato sobre el microcuento. La verdad es que si es largo, tendremos que pensar en algún otro formato, porque el margen del blog no da para mucho. Pero me gustaría publicarlo.
ResponderEliminarHace tiempo que quiero abrir alguna sección distinta con colaboraciones de los amigos, y quizá éste sea el momento más adecuado. Algo irregular (no semanal)... Podría hacer un "llamamiento" para que me envíen propuestas sobre el tema. No sé, la verdad es que no me sobra mucho tiempo pero creo que vale la pena organizar las aportaciones teóricas, de opinión, etc. así que te agradeceré mucho tu empujoncito.
Un abrazo,
Susana