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martes, 30 de junio de 2015

Cambios en el semanario

Tema preocupante para el Consejo Editorial son los llamados de atención de los lectores. Entre cierta correspondencia que llegó alguna vez a la sala de redacción, hubo cartas inquietas por la alta calidad informativa y de redacción alcanzada en las diferentes secciones del semanario, sobre todo la Judicial:
- ¿Saben hacer periodismo? -
- ¿No es demasiado real? -
Falta color en la titulación -
- ¿Se acabaron las fotografías sin pixelar? -
- Triste no dejar temita especulatorio. –
Fueron algunas de las críticas leídas por el Director de Información en la reunión matutina junto a los Editores y Jefes.
El Consejo Editorial reconoció entonces el origen del problema. De inmediato despidió a los “certeros periodistas y comprometidos correctores de estilo” (Las comillas no son ironía) y los reemplazó con reporteros más ajustables a los intereses del lector. Además, designó a un grupo capacitado en diseño como el administror de los contenidos.

En el ejemplar de la siguiente semana fue ampliado el espacio de la sección Judicial. Las fotografías que ilustraban los hechos policíacos predominaban por laalta calidad de la imagen, full color, y las infografías muy bien datiadas, como diría orgulloso el Editor en Jefe del nuevo equipo; quien en una columna no reparó en elogios hacia la nueva cara del informativo, sólo para “lektores cerios que no se andam con minuciaz.”

miércoles, 24 de junio de 2015

Buen oficio


–No es nada raro –dijo el Director de información en un foro universitario sobre periodismo– que en otros medios impresos reconozcan el compromiso de nuestros reporteros gráficos. Es el rigor de la imagen real, su contexto verídico y el respeto por los hechos la validación ética para ser un referente de excelencia profesional. Así se demostró en un caso reciente: la cabeza de un decapitado, en las afueras de la ciudad, rodó dos o tres metros del lugar donde fue encontrada cuando uno de nuestros fotógrafos iba a capturar la imagen del cadáver. Al colega le tocó, con todo el rigor impuesto ante los retos reporteriles, coger y reubicar la cabeza como la encontró al llegar a la escena del crimen. Así obtuvimos la imagen de la portada, prueba del buen oficio.