–No es nada raro –dijo el Director de información en
un foro universitario sobre periodismo– que en otros medios impresos reconozcan
el compromiso de nuestros reporteros gráficos. Es el rigor de la imagen real,
su contexto verídico y el respeto por los hechos la validación ética para ser
un referente de excelencia profesional. Así se demostró en un caso reciente: la
cabeza de un decapitado, en las afueras de la ciudad, rodó dos o tres metros
del lugar donde fue encontrada cuando uno de nuestros fotógrafos iba a capturar
la imagen del cadáver. Al colega le tocó, con todo el rigor impuesto ante los
retos reporteriles, coger y reubicar la cabeza como la encontró al llegar a la
escena del crimen. Así obtuvimos la imagen de la portada, prueba del buen
oficio.
¡Todo un profesional!
ResponderEliminarMuy bueno, mi estimado Eskimal.
Un abrazo.
HD
Sí Humberto, todo un profesional. Lo peor es que hay periodistas capaces de hacerlo. Abrazos.
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