Para el Nacho que anda
en la Isla
Encontré una
botella en la
playa. En su interior
había un papel donde alguien escribió un mensaje de auxilio, al parecer. Sólo pude
recuperar las siguientes oraciones:
“…la recogí del mar, en
el puerto
de Veracruz o Buenaventura,
no recuerdo.
Fue
oportuno guardarla.
Ahora
me es útil…
el papel ya fue utilizado
por otro.
No se ve bien, Aprovecharé un
espacio en blanco… Pido ayuda. Alguien la recogerá y leerá... vendrán por mi”.
Ahora mejor la suelto
en su naufragio.
Ojalá
sea otra vez hallada.
Pobre naufrago esperando respuesta...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Ya le llegará su botella, seguro Rosa. Abrazos.
EliminarNo intervenir en la historia... es una forma de narrar la historia. Me parece un guiño a la metaliteratura, no sé si es lo que querías.
ResponderEliminarInteresante en cualquier caso.
Abrazos
No sé Susana si eso era lo que quería. En todo caso creo que lo pensado como idea del cuento no me salió. Ni modo. Abrazos Susana.
EliminarA veces las respuestas no llegan pero eso no debe impedir que la vida siga fluyendo como el agua del mar. De todas maneras tu mensaje me ha llegado y vengo a por tí.
ResponderEliminarSaluditossss!
Esperemos Gloria que las botellas al mar sean de gran uso. Sería genial encontrar una ¿no?
EliminarCuando leí Botella al mar, lo primero que vino a mi mente fue la imagen de Floo, argentina, sabinera y periodista y con un blog abandonado, creo naufragó, se llamaba Botella al Mar.
ResponderEliminarSaludos primo :D
Bueno prima, es chévere que algo lleve a recordar a una persona o una lectura. Más si es un blog, más si comparte gustos con quien recuerda. Abrazos.
Eliminar¡¡¡¡¡
ResponderEliminarMe encantó el comentario de mi enemiga pública número 1 (Sara Gaviria Piedrahita, sí señor, ten cuidado con ella, es peligrosísissisisisisiimmmmaaaa)... Y bueno, los otros comentarios, me metí por ese lado tengo que salir al otro, están como siempre agudos y precisos. Los de Susana siempre pegan en algo clave. Y respecto a ti, escritor de deliciosas máquinas eficaces de sinsentido... otra vez la tiraste: qué indolencia la tuya con ese Chuck.
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