Puedo sacar un brazo de mi cabeza, un pie, una boca;
puedo sacarla completa. Como una Minerva creciendo paulatinamente de Zeus, ella
saldrá de mis pensamientos, entre jaquecas temporales y dolores de estómago, origen
visceral, violentado, arrancando partes del cuerpo. Es un territorio
intranquilo, un ruido volátil creciendo entre pensamientos, apoderándose de los
recuerdos y de una que otra lectura. Puedo sacarla cuando la nombro. La vierto
en el río para lavar olvidos, y me dejo caer lentamente hasta llorarla en la roca
de hilos rojos.
Placer leerte
ResponderEliminarPlacer encontrarte
Un abrazo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarEl placer es mìo, que pases por acá y te tomes tu tiempo. Gracias.
EliminarMuestra que todo es mental.
ResponderEliminarHay que cuidar el viaje de nuestro pensamiento.
A donde estamos mentalmente es a donde vamos.
Si Carlos, tienes razón, sólo estamos donde pensamos que queremos. No donde está nuestro cuerpo.Ábrazos.
ResponderEliminarBuen amigo Eskimal, de Marte vengo a este rinconcito tuyo de excelentes cuentos -veo que ya tienes material para un libro, sin duda-. Espero y todo marche estupendo por el DF; hay que armar un encuentro con Nacho y platicar largo y tendido. Te mando un gran abrazo y saludos de Lyz.
ResponderEliminarQué bueno este texto!!!
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